Posteado por: Iván | 8 noviembre 2007

¡Cuidado! Una moneda… (III)

Para poner punto y final a esta trilogía de artículos, que giran en torno a la conservación y degradación de nuestras piezas, vamos a abordar el tema de la limpieza, y aquellas técnicas que tienen como finalidad el conseguir frenar en la medida de lo posible su envejecimiento.

Para comenzar, es necesario puntualizar algunas cosas:

  • Como ya sabemos, por acción de los agentes contaminantes presentes en el aire, se inicia un proceso de oxidación que hace que la moneda quede recubierta por una película, la pátina. Es muy tentadora la idea de eliminarla, pero nada más lejos de la realidad: en muchos casos, dependiendo de la tonalidad de la pátina muchos coleccionistas pagarían mucho más dinero que por una moneda limpia, por increíble que parezca. No obstante, las piezas no pierden su valor cuando tratamos de remover esta película, siempre que no se deteriore la moneda.
  • Algunos productos limpia-metales domésticos (para artículos de menaje) consiguen dotar a las monedas en este caso de un brillo incuestionable. Sin embargo, para determinadas monedas no hace si no disminuír su valor: en general, en el mercado se detecta rápidamente las monedas que tienen un brillo natural y las que lo adquieren por métodos artificiales. Así que no recomiendo emplear estos métodos para monedas ya de por sí caras, puesto que pueden devaluarse.
  • Por último, es muy importante recordar que la manipulación de una moneda siempre conlleva el riesgo de estropearla. Más vale una moneda sucia que una limpia y deteriorada. Por tanto, es crítico saber qué monedas podemos limpiar y cómo.

Una vez que tenemos en mente estas ideas básicas, vamos a explicar qué podemos hacer para limpiar y qué monedas podemos manipular.

Monedas de plata 

Las monedas de plata son en general las más fáciles de limpiar. Bien es cierto que generalmente son piezas de por sí caras, por lo que una incorrecta manipulación puede llevar a que nuestra moneda pierda gran valor. Cuando se trata de eliminar la pátina de monedas con calidad proof, podemos utilizar un algodón seco, y frotar suavemente. Al cabo de unas cuantas pasadas, conseguiremos remover esta película devolviéndole a la moneda su brillo original.

Para aquellas monedas que no tienen calidad proof, monedas de circulación de plata como los duros de Alfonso XII-XIII, o las 100 pesetas de la época de Franco, podemos utilizar una goma de borrar de nata. Este método es algo más agresivo que el anterior, y no debe emplearse con monedas con calidad proof, puesto que podemos eliminar ese «brillo-espejo» que las caracteriza.

Limpieza de una moneda

La pátina de las monedas de plata es sencilla de eliminar sin recurrir a métodos químicos

También podemos emplear amoniaco, siempre que la ley de la plata sea superior a 925 milésimas. Ahora bien, es importante saber que tras la aplicación de cualquier producto químico es necesario neutralizar éste utilizando agua destilada (nunca del grifo) o acetona con un algodón. En este caso, sumergiremos la moneda en un recipiente de cristal con amoniaco y esperaremos a que se elimine la oxidación; el líquido se tornará azulado.

Monedas de oro

Las monedas de oro son más sencillas de limpiar, puesto que su composición (inerte) la hace inmune a la oxidación. Basta con emplear alcohol. NUNCA emplear productos comerciales destinados a limpiar el oro.

Monedas de cobre

Como ya sabemos, estas piezas son muy vulnerables a la corrosión producida por la humedad, con lo que su manipulación es crítica. La solución más recomendable es la inmersión en aceite de oliva. Es un proceso muy lento, que puede llevar desde varios días a meses, en función de su estado de conservación; eso sí, es conveniente utilizar un recipiente cerrado y cambiar el aceite al menos una vez al mes.

Para monedas con un estado avanzado de corrosión, podemos emplear con mucho cuidado un palillo de madera típico de los dientes, pero con tiento, pues podemos rayar la moneda.

Indicaciones generales

Algunas notas que podemos tener en mente son estas:

  • Una primera solución puede ser lavar la moneda con agua templada y jabón en un recipiente no-metálico, durante horas o días, y sin frotar ni con las manos ni con cepillos.
  • Para aquellas piezas que han sufrido los efectos del envasado en PVC, que presentan una película de tonalidad verdosa o principio de corrosión, se puede aplicar acetona, pero teniendo siempre presente que el brillo que se conseguirá será diferente al original.
  • Si la moneda posee restos de adhesivos, pegamento, etc. también podemos emplear acetona para eliminarlos.
  • Mucho cuidado cuando trabajemos con monedas de calidad proof, puesto que su superficie está muy pulida y el frotamiento puede causar la aparición de rayitas muy finas, que se conocen como hairlines en la jerga numismática.
  • Las monedas de bronce también se pueden limpiar sumergiéndolas en aceite de oliva.
  • Por último, me ha resultado interesante citar como mecanismo de limpieza (sobre todo para monedas antiguas) la hidrólisis, mecanismo que consiste en aplicar una pequeña descarga eléctrica durante unos pocos minutos. Es un mecanismo que ha de utilizarse con sumo cuidado, y no es apto para principiantes. En esta página puedes ver un experimento de electrólisis completo.

Proceso de electrólisis

La hidrólisis es un curioso recurso, no apto para principiantes.

Conclusión

Con este artículo ponemos punto y final a esta trilogía, en la que hemos tratado de explicar más ampliamente los diversos agentes que son causantes de la degradación de nuestras monedas; hemos realizado una descripción concisa de sus efectos, para después anotar algunos consejos preventivos. Por último, y para aquellas piezas que se han deteriorado seriamente, o que directamente compramos o llegan a nuestras manos en estado de avanzada degradación podemos tratar de atenuar su desgaste empleando técnicas sencillas, teniendo siempre presentes que su tratamiento puede deteriorar definitivamente la pieza, y que muchas veces vale más una pieza sucia y sin brillo que una sospechosamente reluciente.

Me resta decir que no me hago responsable de aquellos efectos que surjan de la manipulación de vuestas monedas, así que aplicad estos consejos con prudencia y siempre bajo vuestra responsabilidad.


Respuestas

  1. Muy buenas, tengo una pequela colección de monedas y me he dado cuenta de que en algunas de ellas les ha salido una capa verdosa, como he estado leyendo puede ser por la humedad o por el PVC (en mi caso ambas son posible). Asi que me gustaria mantenerlas lo mejor posible, ¿cres qu si me cogiera cartones para monedas mantendria notablemente mis monedas?

    Gracias

  2. Estimado Jorge:

    Cuando hablas de cartones supongo te refieres no a los álbumes de cartón americanos, donde las monedas quedan expuestas, sino a los pequeños cartoncitos blancos individuales donde quedan protegidas con un pequeño plástico.

    Hay mucha gente que colecciona las monedas así, incluso hay álbumes para cartones. Son una buena solución pero cuando la moneda está nueva. En tu caso, habría que ver si la moneda es o no de plata, en cuyo caso podría ser más recomendable utilizar cápsulas al vacío.

    Un saludo.

  3. Hola,
    Tengo una duda de aficionado

    Quiero hacer un regalo, una moneda de 2000 pesetas del año 2000, que no es conmemorativa sino de curso legal. He encontrado un particular que me puede vender la moneda, eso sí en muy buen estado, la pregunta es la siguiente: comprada dentro de su cartón FNMT la moneda tiene más valor o simplemente he de fijarme en el estado de la moneda?

    Muchísimas gracias.

    Raúl

  4. Hola Raúl:

    Las monedas de 2000 pesetas «no-conmemorativas» se presentan siempre en dos formatos: uno, en una bolsita de plástico transparente, que puedes adquirir en el banco, y en un envase de cartón con una presentación mucho más elegante y que sólo puedes adquirir en establecimientos especializados.

    Mientras que la primera opción se vende a precio de valor facial (2000 pesetas, o 12 euros ahora), las segundas tienen un precio ligeramente superior. Los motivos son varios: la presentación y el más importante la conservación, pues las piezas que se envasan así son las primeras piezas que se acuñan, siempre en mejor estado, y por su envasado son después menos susceptibles de recibir pequeños golpes, pues viajan en caminos separados, las primeras a granel y las segundas con más «mimo» por así decirlo.

    Si te vende la moneda dentro de su cartón, sin abrir, yo te recomendaría que te compraras esa.

    Un saludo.

  5. Cometí graves errores con mis joyas (algunas con spondylus y otras piedras) a causa de mi obsesión por librarlas de mygre y bacterias. Las dejaba remojando horas en una masa de deregente con poca agua … luego las envolvia por horas en algodon empapado en alcohol de 90 o más. Tengo miedo de haberlas dañado para siemprey, lo que es peor, de no poderlas usar nunca más porque las contaminé con químicos y reacciones químicas. Qué puedo hacer para descontaminarlas de esa mezcla de alcohol y detregente, que hago con las que se pusieron negras?

    Gracias por la ayuda

  6. La verdad es que el estado en el que se encuentran esas joyas es un tanto impredecible, por las características de los agentes químicos que intervienen y por el proceso en sí mismo. No sé muy bien si te refieres a las piedras en sí o a los metales. El oro y la plata resisten bastante bien. En el caso de otros metales o aleaciones, la cosa ya depende. Para limpiar la plata puedes empezar por un lavado en agua templada con un jabón neutro y después sumergirlas en un barreño con amoniaco durante varias horas. Por último, otro lavado con jabón. SI NO ES PLATA, NO LO INTENTES. Para el oro puedes utilizar simplemente alcohol o cualquier limpiametales y seguramente te quedará como el primer día. Esto es sólamente un consejo personal, pero no me hago responsable de lo que pueda suceder. Suerte y un saludo.


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